¿Qué es la trata de personas?

  La trata de personas es una violación grave de los derechos humanos y está penada por la ley. Implica la oferta, captación, traslado, la recepción o acogida de personas con fines de explotación. Admite diversas modalidades: una de ellas es la trata con fines de explotación laboral: afecta principalmente a migrantes y puede darse en zonas urbanas (talleres textiles o trabajo doméstico) y rurales (frecuentemente en cosechas estacionales). La trata con fines de explotación sexual: afecta principalmente a mujeres y disidencias.



Precauciones al momento de evaluar una oferta de trabajo:

  • Debes conocer los datos y/o lugar de contacto del empleador y actividad a realizar.

  • Si el trabajo implica trasladarse a otra ciudad, provincia o país averiguar dónde y cómo es el destino, no entregar documentación a nadie y avisar a un familiar o conocido dónde vas a alojarte.

  • Buscar referencias sobre tu futuro empleo o empleador.

  • Conocer la ubicación y referencias del lugar donde se va a desarrollar el trabajo.

  • Prestar atención si te prometen un gran cambio de vida o mucho dinero en poco tiempo.

Nadie puede consentir su propia explotación.

  • Cualquier “supuesta aceptación” de la víctima se encuentra viciada, ya que las condiciones de vulnerabilidad en las que se halla la persona, o bien no le permiten comprender la ilegalidad del acto del que es víctima o, aun comprendiéndolo, no tiene otra opción.

  • Cuanto mayor es el grado de vulnerabilidad de una persona, menor es su capacidad de decidir autónomamente, de acuerdo a sus deseos y voluntades y de ejercer sus derechos plenamente.

Cómo actuar ante un posible caso de trata de personas:

  • Llamar de manera gratuita al 145.

  • Acudir a la dependencia policial más cercana.



Trata con Fines de Explotación Sexual

Prejuicios y estereotipos en torno a las víctimas y al delito:

Perfil de la víctima: Los imaginarios sociales basados en estereotipos de género refuerzan un determinado perfil de víctima del delito de trata de personas con fines de explotación sexual que responde a ciertas características o mandatos.

Se trata de una forma de víctima, en singular, como si todas las personas fueran iguales, tuvieran los mismos recursos, atravesaran las mismas situaciones, actuaran del mismo modo.

Lo primero que hay que comprender es que el perfil de una mujer o LGBTI+ víctima es imposible de homogeneizar.

Modalidades de Captación:

Los mecanismos de captación se fueron perfeccionando en el tiempo, se modifican permanentemente y utilizan engaños, fraudes, amenazas, coerción o intimidación (en propuestas de trabajo, de estudio o incluso de matrimonio, avisos publicitarios, redes sociales, etc.).

Pero también puede ocurrir que a una mujer o LGBTI+ le hagan un ofrecimiento para realizar servicios sexuales y que la persona esté de acuerdo y lo acepte, pero cuando llega al lugar se encuentra con que la engañaron sobre las condiciones del mismo, es decir que no lo puede ejercer libremente.

En este punto es importante recordar que el ejercicio de la prostitución en nuestro país no está penado, pero sí está prohibida la explotación de servicios sexuales ajenos. Es decir, no toda persona en situación de prostitución es víctima de trata.



Respecto a la captación, aunque el secuestro sea la idea predominante en el imaginario social, el engaño es la forma más frecuente. Ello se produce a través de dos modalidades: la primera y más frecuente es la realización de una oferta laboral que resulta verosímil y que implica un traslado a otra localidad. El engaño, en ese sentido, puede tener que ver con la actividad que se va a realizar, o con las condiciones de ejercicio de la actividad.

Otra modalidad de captación frecuente en los casos de mujeres y LGBTI+ es conocida como “enamoramiento” y está asociada a la promoción de un fuerte vínculo afectivo, con métodos clásicos de cortejo, por parte de quien luego ejerce la explotación. En este caso la víctima está convencida de que viaja para iniciar un proyecto en común con quien tiene un vínculo sexo afectivo, pero luego es explotada.

Etapa de Explotación:

Durante la etapa de explotación opera fuertemente otro imaginario falaz: creer que todas las víctimas están encadenadas o encerradas. Las víctimas de trata son privadas de decidir dónde y de qué manera se desplazan. Se utilizan otros métodos para controlar a las víctimas como la restricción de las comunicaciones con familiares, engaños sobre las irregularidades migratorias (por ejemplo, les dicen que serán deportadas o detenidas), la destrucción de documentación local, documentos de viaje, o bien de identificación del país de origen.

Los tratantes ejercen control sobre sus víctimas limitando sus movimientos, por ejemplo, generando situaciones de dependencia y endeudamiento por gastos de transporte, alojamiento, alimentación, vestimenta, e incluso sanciones pecuniarias, sin tener las víctimas prácticamente ningún acceso a los ingresos generados por la actividad que realizan. Anteriormente se retenía la documentación de las personas, pero con el paso del tiempo el delito fue mutando, y se utilizan otras formas de control más sutiles, pero no por ello menos efectivas. Por ejemplo, se limitan las comunicaciones con los familiares, se permiten las salidas, pero controladas o vigiladas por los tratantes.

Lo que se espera del comportamiento de las víctimas:

Hay que cuestionar todas las expectativas sobre el comportamiento “adecuado” de una víctima. No hay patrón de conducta calificado como “válido” o “incorrecto” que no esté atravesado por una construcción cultural sobre el ideal de víctima. Hay tantas posibilidades como personas.

Se espera que todas las victimas pidan ayuda, se reconozcan como víctimas, digan la verdad y muestren una conducta pasiva.

En algunos casos, la cotidianeidad del maltrato hace que pierda la esperanza de poder liberarse, aceptando con resignación el destino que le tocó y por eso no pide ayuda. En otros casos, la normalización/naturalización de las violencias sufridas hace que las víctimas ni siquiera se identifiquen como tales y sostengan que estaban trabajando. No todas se sienten víctimas o quieren ubicarse en ese papel.